No muy lejos del pueblo de Tremao de Carballo, en Cangas del Narcea, en una ladera sobre la que se domina el valle de Cibea, un equipo de arquólogos asturianos han sacado a la luz, después de siglos de estar cubierta por la vegetación, la muralla de un castro astur que destaca por su altura, hasta cuatro metros, y por su consevación, casi intacta en algunos tramos.
El equipo de arqueólogos inició sus investigaciones con materiales que habían sido recogidos por vecinos de la zona entre los que destacaron piezas de molinos, carámicas romanas decoradas, o broches, pliques y agujas de bronce. Hay materiales que entran desde la protohistoria asturiana al mundo romano (entre el siglo VI antes de Cristo hasta la romanización). Fuente: La Voz de Asturias
El equipo de arqueólogos inició sus investigaciones con materiales que habían sido recogidos por vecinos de la zona entre los que destacaron piezas de molinos, carámicas romanas decoradas, o broches, pliques y agujas de bronce. Hay materiales que entran desde la protohistoria asturiana al mundo romano (entre el siglo VI antes de Cristo hasta la romanización). Fuente: La Voz de Asturias
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