Aun en la antigüedad los etruscos estaban rodeados por un aura de misterio. Sus contemporáneos griegos se sentían intrigados por el repentino surgimiento de ese pueblo como potencia marítima y comercial. Los posteriores conquistadores y sucesores romanos se beneficiaron con sus adelantos y nunca dejaron de sentir celos del pueblo al que habían reemplazado. A pesar de los dos siglos de investigaciones eruditas y del descubrimiento y la excavación de sus ciudades sepultadas y sus tumbas olvidadas, los problemas subsisten. Pero puedes saber más... Estudio completo aquí o aquí. Reportaje fotográfico: El Mundo.es
jueves, 1 de noviembre de 2007
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